Navegando al milagro

Qué lástima que Almirante Brown sufrirá el descuento de 18 puntos cuando finalice la temporada! Es que el equipo de Blas Armando Giunta sigue haciendo un campañón que lo depositaría en una Promoción por el ascenso a Primera. Sin embargo, por culpa de los que dicen ser sus hinchas se ve obligado a pelear la permanencia y cuando antes del inicio de la temporada todos lo daban por muerto, hoy nadie se anima a decir que este plantel descenderá. Ayer doblegó a Platense por 2 a 0 mostrándose muy superior a un rival que sólo atinó a defenderse y a tratar de llevarse un puntito, algo que no consiguió.
Cuando uno veía los esquemas tácticos de cada uno de los equipos ya se imaginaba cómo se podía dar el encuentro. Es que el local apostó a un 3-4-1-2 que pensaba sólo en el arco de enfrente, mientras que la visita paró un 4-4-1-1 que mostraba claramente su intención de mantener el cero en su arco. El que hacía una especie de mediapunta era Martín Madrid, y además los cuatro volantes pensaban más en marcar que en jugar.
Con este panorama, Almirante fue mucho más desde el principio y antes de los 15 minutos ya se puso en ventaja. Antes ya lo había tenido Román Díaz, pero José Barreal la sacó en la línea. En la próxima, desbordó el incansable Santiago Pérez y metió un centro que no pudo conectar bien Roberto Demus. Esto no importó porque el rebote le quedó a Alejandro Verón que la clavó en un ángulo de primera.
Con la tranquilidad de haber abierto el marcador, la Fragata empezó a jugar. El más importante era Germán Basualdo, aunque a veces se excedía en los lujos que quería tirar. También lo acompañaban muy bien Román Díaz, Verón y Pérez, además de la buena tarea de Demus, aguantando arriba. Esto era mucho para un rival que no jugaba a nada.
La única clara que tuvo para cambiar las cosas fue por un error de Walter Díaz, que le pifió a la pelota, que terminó agarrando Lucas Concistre. El delantero quedó mano a mano con Cristian Campestrini, que haciendo “la de Dios”, alejó el peligro.
Por lo hecho por ambos el resultado quedaba corto. Eduardo Rampi puso en cancha a un delantero más, pero retrasó a Madrid y lo dejó de “8”, así que todo era lo mismo. La merecida ventaja llegó por medio de Basualdo, que transformó en gol un penal de Ramón Rojas a Demus.
Ahí se cerró el partido y el segundo tiempo se hizo aburrido. Giunta plantó una línea de cuatro defensores y sacó de la cancha a Román Díaz, a Basualdo y a Demus, dando una clara muestra de que ya todo estaba resuelto.