Contra viento y marea

A la Fragata no le importa el descuento de puntos. Ganó su segundo partido al hilo y le avisó al resto que dará pelea hasta el final.

Es inevitable evocar aquellos tiempos en la B Metropolitana, cuando cada triunfo era una milla más que recorría La Fragata con viento a favor. Ya nada será igual. Ahora, en la segunda categoría del fútbol argentino, su andar está siendo con oleaje en contra, al límite del maremoto. La realidad marca que resulta imposible soslayar los 18 puntos que Almirante Brown restará cuando finalice la temporada, por los disturbios ocasionados en la final ante Estudiantes (BA). Por lo tanto, cada triunfo no despierta la euforia del torneo pasado, sino que alimenta la ilusión de seguir soñando con arribar a buen puerto.

No por nada los hinchas entonaron el ya clásico "no se va, no se va, el Brown no se va..." al finalizar el encuentro, continuado por los jugadores desde el vestuario con idéntico grito.

Hace tres fechas, el nivel futbolístico del conjunto de Blas Giunta estaba en terapia intensiva, al borde del precipicio. Pero los dos triunfos consecutivos, contra Platense y Almagro, empiezan a corregir el rumbo inicial. Todo es posible si Peralta y Mendoza dejan la vida en cada pelota como lo hicieron ayer, ante los deslucidos Galeazzi y Soriano. Todo es posible, también, si Campestrini transmite su tranquilidad desde popa. Todo es posible, y vale la redundancia, si Penco, máximo goleador de Almirante con cinco conquistas, amanece inspirado y refleja su categoría en la red rival.

De eso se trató ayer la victoria sobre el Tricolor. Un equipo compacto, sólido en todas sus líneas, que no titubeó para derrotar a un Almagro desconocido y falto de trabajo. Basualdo se llevó los elogios por su exquisita pegada (en complicidad con Tauber) para abrir el marcador. Pero tuvo el respaldo de marineros de la talla de Edilio Cardoso, Zarosa y León, además de los ya mencionados, para enderezar el timón y revertir esta situación contra viento y marea.