¿Que te pasa Almirante?

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La Fragata y Blas Armando Giunta vivieron su peor tarde desde que conviven en la Primera B. No solo por la derrota 4 a 1 ante Estudiantes de Buenos Aires en Caseros, sino también por que terminó jugando con dos futbolistas menos, sin su entrenador en el banco de los suplentes y con el delantero Rubén Ferrer en el arco tras la expulsión de Rodrigo Llinás. Tanta fue la impotencia que el Bicho Federico Maraschi no se aguantó la bronca y se fue llorando de la cancha.

Los primeros cuarenta y cinco minutos no presentaron mayores sobresaltos, con una situación clara para cada uno de los equipos. Sin embargo, el Pincha supo aprovechar la suya con una definición certera del centro-atacante Leonardo Carboni, quien marcó el 1-0 tras un gran desborde de la figura del encuentro: Facundo Pereyra.

El complemento, en cambio, se desvirtuó desde el mismo momento en el que Gabriel Gandarillas vio la tarjeta roja por un supuesto manotazo al capitán de Estudiantes, Luciano González. En ese instante, y con toda la furia del número cinco del Mirasol a cuestas, el conjunto visitante perdió la concentración y recibió la segunda cachetada con un golazo de Pereyra aunque, pocos minutos más tarde, Almirante Brown contestó con el descuento convertido por Ferrer.

Pero las malas noticias para La Fragata continuaron. Un error del defensor Carlos Zavaleta le permitió a Pereyra encarar solitariamente a Llinás, quien cometió un claro penal y, siendo el último hombre, también se fue expulsado. Así, el marcador central, Luciano Goux marcó el 3 a 1.

Antes de que el árbitro Carlos Stoklas, de muy mal arbitraje, pitara el fin del partido, el ingresante Alejandro Noriega conquistó la cuarta y última puñalada, que dejó sin ánimo a la visita que estuvo los últimos tres minutos sin siquiera tocar la pelota.

Seguramente no será una derrota más para los de Giunta. La Fragata atraviesa su peor momento y, tal como admitió Zavaleta, los de Casanova se convirtieron en un equipo “irregular”.

El fútbol da revancha. En ese sentido, el Mirasol podrá demostrar que está para pelear el próximo sábado ante Talleres Remedios de Escalada pero allí se enfrentará contra otro de sus peores rivales: la escasa efectividad como local. Será cuestión de dar vuelta la página, olvidarse rápidamente de este paso en falso y rehabilitarse lo antes posible. Antes de que sea demasiado tarde.

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