nos quedamos en la puerta de la hazaña

y digo azaña, no milagro, por que el milagro es algo imposible que se logra con ayuda divina, encambio la azaña se logra luchando en contra de todo, Luchando con el corazon, con fe en que se va a lograr, y asi lucho este grupo de Animales, con Blas a la cabeza y aunque no se logro mantener la categoria y rozamos la azaña, me siento orgulloso de ser hincha de ALMIRANTE BROWN

Fue difícil. Todo. El comienzo, el armado del equipo, el camino recorrido, los partidos semana a semana y el final dramático. Una lucha constante, con 18 puntos menos a cuestas, sábado a sábado y ante todos los rivales.

Almirante fue el tercer mejor equipo de la temporada, así lo refleja la tabla, aunque la irresponsabilidad de un estúpido fue el inicio de la caída. Un petardo arrojado desde la tribuna de Racing, hace un año, fue el resultado de la condena. “El Mirasol” peleó contra todo eso. La gente cambió o –al menos- aquellos necios de la final hoy no estuvieron. Los de Giunta se jugaban una final, pero el resultado no fue el esperado…

El Fragata Sarmiento fue inexpugnable, jamás perdió, aunque esta tarde tampoco pudo alcanzar la victoria que le permitiese disputar una promoción soñada. Sin embargo, el esfuerzo vale. Tal vez no para zafar, pero sí para alzar las banderas de la dignidad, del esfuerzo, de la tenacidad, del juego –cuando se pudo-, de los valores grupales y de la pelea a capa y espada contra todos los factores.

Giunta armó un grupo de hombres, conformó un equipo compacto y revalidó una consigna de vida: “La esperanza es lo último que se pierde”. Almirante jamás perdió la ilusión y se permitió soñar fecha a fecha, hasta lo último…

El análisis del partido ante Chacarita resulta secundario ante lo que se vivio en el estadio “Mirasol”: El pitazo de Carlos Maglio fue el preludio de la ovación más grande que se sintió en Casanova en los últimos tiempos. Los aplausos de la gente repercutieron en los corazones de los jugadores y el lamento se confundía con la emoción.

Fueron los últimos 90 minutos de Almirante en la B Nacional y el encuentro se jugó con intensidad, producto del nerviosismo y las necesidades de ambos equipos. No hubo muchas chances de gol, Chacarita se asustó en ataque con algunas contras, Maglio no vio un penal a Castro, se abusó de los pelotazos y el juego estuvo ausente. No obstante, quedará en las retinas el esfuerzo, las ganas y la perseverancia de un plantel reconocido por no perder de vista su objetivo, más allá de que estuvo cerca de cumplirlo…